3 de julio de 2013

Un gremio cerrado para sus trabajadores

Avenida de Mayo 1209. Martes 2 de julio, 12.30. La puerta de calle cerrada, tres personas en la vereda, el botón del timbre, el 4-H, se aprieta por primera vez.
-¿Vienen a la UTPBA? -pregunta un hombre bajo, canoso, que aparenta ser el encargado del edificio.
-Sí.
-No hay nadie, eh. Todavía no llegaron.

La hora elegida no es casual. Tampoco el día. La UTPBA redujo a dos días la posibilidad para que los trabajadores de prensa se afilien a su gremio. Límites, sí, para sumar afiliados. Los mismos días -martes y jueves- y en la misma franja horaria -de 12 a 16- se pueden retirar la credenciales una vez hecho el trámite correspondiente. O eso suponíamos quienes decidimos acercarnos.

Tres meses después de presentar los papeles, después de llamar por teléfono sin respuesta concreta sobre la afiliación, fuimos a buscar los carnets que nos acrediten como afiliados al gremio. Sin embargo, en la UTPBA no había nadie. Esperamos durante una hora. 

Nada.
Esperamos, otro rato, enfrente. Volvimos para tocar el timbre.
El portón de entrada cerrado.
Nada.
Una señora con un bebé en brazos entraba, llave en mano.
-¿Van al cuarto piso?
-Sí.
-¿Quieren pasar? A veces no atienden, pero seguro que están ahí.

Pasamos. 
Ya éramos tres: se nos había sumado, en la puerta, un colega de una página web que quería averiguar cómo afiliarse.
Subimos al cuarto piso. Tocamos el timbre de la oficina marcada con la H.
Nada.
Golpeamos la puerta de madera. Miramos por la hendija de la cerradura. Tratamos de escuchar. Adentro, ni un sonido. Ninguna luz prendida. La nada misma.

Salimos, después de esperar media hora en el hall de entrada a que otro vecino del edificio abriera la puerta.

A las 14.15 volvimos. La misma escena. Tocamos el timbre varias veces y esperamos, de nuevo, en vano.

Otra vez, nos fuimos.

Lo curioso del caso es que un día antes, el lunes, a otra colega -de la redacción de Infonews- la habían sacado a los empujones de ahí, la sede de UTPBA en Avenida de Mayo, cuando fue a buscar su credencial y las de algunos compañeros. Le dijeron, con tono burlón y amenazante, que tenía que ir martes o jueves.

Por eso fuimos un martes. Para cumplir con la limitante reglamentación vigente, para completar el trámite en un gremio que insólitamente parece no querer tener más afiliados. Un colaborador free lance, un trabajador de una página web y otro de un diario encerrados en el laberinto burocrático y agotador.

Es parte de la realidad de la UTPBA. Cerrada para afiliarse, cerrada para nuevas voces. Cerrada para la gran mayoría de los trabajadores de prensa.

Javier Schurman (periodista del diario Tiempo Argentino)
Franco Predazzi  (periodista free lance)

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