30 de agosto de 2017

Télam y Santiago Maldonado



La Comisión Gremial Interna de Télam repudia enérgicamente la publicación en el servicio periodístico durante el día de ayer de una columna de opinión del periodista Horacio Raña titulada "Los desaparecidos buenos y los desaparecidos malos".

En este texto, Raña busca acotar el generalizado reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado a "una campaña inédita" en la que "sectores ultrakirchneristas, de izquierda y ciertos organismos de derechos humanos afines con la ex presidente quieren instalar forzadamente la idea de que el caso del joven artesano desaparecido nos traslada a tiempos de la dictadura".

Es público y notorio que el extendido reclamo social pone en el centro de las acusaciones al gobierno nacional porque es de quien dependen las fuerzas federales que participaron del operativo después del cual se perdió el rastro de Maldonado, y en el que participaron -además- funcionarios de primera línea del ejecutivo.

En vez de intentar entender los sentimientos sociales que provoca en nuestro país la desaparición de una persona durante una movilización, nuestro colega prefiere ver allí donde existen justos reclamos, "vileza política" y "marketing publicitario" de un sector político, y hasta se da el lujo de poner en duda la desaparición de Maldonado.

¿Será que está en las playas de Europa, como decían los genocidas de los desaparecidos?

No contento con esto, Raña asume una actitud ciertamente execrable cuando de manera elíptica asocia los robos de armas ocurridos en diferentes destacamentos militares durante el gobierno anterior, con las múltiples expresiones de protesta por la desaparición de un joven militante al que, en otro gesto de menosprecio, define como artesano.

Si no estuviéramos ante la desaparición de una persona, tomaríamos esta supuesta columna de opinión como un producto del género humorístico más que al producto de un analista político ya que su escrito nos recuerda al para nada entrañable personaje de ficción Cecilio el Anticomunista, que bien supuso encarnar Diego Capusotto.

Ya no sorprende que la actual conducción de la Agencia Nacional de Noticias dé cabida a este tipo de expresiones, al fin y al cabo, en nombre de la pluralidad de voces ya se han publicado diatribas de referentes del integrismo católico antiabortista y se le ha dado lugar para volcar sus ideas a ex gurúes neoliberales que quebraron al país y se fueron dejando un tendal de muertos.

No sorprende, no, pero sigue indignando.





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