9 de marzo de 2016

Repudiamos la violencia política hacia las organizaciones populares

Los ataques registrados en los últimos tiempos, lejos de ser incidentes aislados, forman parte de una espiral de violencia, estigmatización y represión al campo popular que crece desde que Mauricio Macri asumió como presidente. Las primeras evidencias fueron la represión policial contra los trabajadores de la avícola Cresta Roja en Ezeiza, los municipales despedidos de La Plata y la detención ilegal y arbitraria de Milagro Sala en Jujuy. La segunda, la campaña de difamación sistemática contra los estatales que salieron a defender su laburo y fueron echados de la administración pública con el argumento de ser “ñoquis, vagos y militantes”. En paralelo, “el cambio” llegó también al Poder Judicial, con fallos que amplían el poder de fuego (y de tortura) de las fuerzas de seguridad, como la reciente autorización a la Policía Metropolitana pasa usar pistolas Táser y el pedido del DNI a cualquier persona que camine por la calle.

La secuencia de episodios de violencia ocurridos en los últimos días contra organizaciones políticas, sociales y sindicales es elocuente:

1) El 1º de marzo los periodistas Gustavo Luna y Gabriela Farías y el reportero gráfico Alejandro Lorda fueron víctimas de tratos violentos y atropellos, como interceptar y retener al fotógrafo sin razón alguna por parte de agentes de la Policía de San Luis cuando realizaban la cobertura periodística para El Diario de la República de la detención del intendente de La Calera, Diego Lorenzetti.

2) En la madrugada del sábado, un local de La Cámpora de Mar del Plata recibió cinco balazos provenientes de un arma de guerra, según determinó el peritaje. Por fortuna, nadie salió lastimado.

3) Otro local partidario, en este caso de Nuevo Encuentro de Villa Crespo, fue baleado con cuatro disparos de plomo el sábado a la noche. Ocurrió en el marco de la inauguración de la unidad de base. Dos mujeres, de 19 y 31 años, fueron heridas en sus brazos pero están fuera de peligro. Podría haber sido una tragedia.

Foto: La Izquierda Diario
4) En Mendoza, una patota atacó e hirió a militantes de ATE, entre ellos su secretario general Roberto Macho. El gremio protestaba contra los despidos de empleados del Casino de Mendoza en la Fiesta Nacional de la Vendimia. La policía dejó la zona liberada.

5) Los docentes de Santiago del Estero fueron reprimidos y dos de ellos, detenidos (foto). Un dirigente sindical fue acuchillado mientras hacía dedo.

6) Los trabajadores de la empresa alimenticia Menoyo fueron atacados con una picana por un barrabrava que responde a la patronal.

El punto cúlmine de esta orientación política fue la creación y puesta en marcha por parte de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, del denominado “Protocolo de actuación de las fuerzas de seguridad del Estado en manifestaciones públicas”, con el claro objetivo de reprimir las protestas de quienes padecemos el ajuste y las medidas económicas implementadas por macrismo. Incluso compañeros y compañeras de nuestro naciente SiPreBA sufrieron en carne propia el nefasto “protocolo antipiquetes” el jueves pasado al recibir intimidaciones por parte de la policía en la marcha que realizamos desde el Obelisco hasta Plaza de Mayo en apoyo a los compañeros del Grupo 23.

Desde el Colectivo de Trabajadores de Prensa (CTP) repudiamos estos episodios de violencia, exigimos la investigación y el esclarecimiento de los ataques anónimos y convocamos a todos los trabajadores y organizaciones del gremio de prensa a dar su apoyo y difusión a las víctimas.


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