24 de marzo de 2015

A propósito del "Día de la Memoria" y el "Día del Trabajador de Prensa"

El 25 de marzo celebramos el "Día del Trabajador de Prensa". Sin embargo, el 25 de marzo de 1944 cuando se sancionó la primera versión del Estatuto del Periodista (por eso fue elegida la fecha) eran contados los empleados de empresas periodísticas -ya sean periodistas o administrativos- que aceptaban la categoría de "trabajador de prensa" que hoy reivindicamos.

Entre los periodistas sobrevolaba la idea de que se trataba de un oficio de "artistas" o "intelectuales", trabajadores "de cuello blanco" que debían mantenerse ajenos a la sindicalización, al que concebían como un proceso exclusivo de los trabajadores "de cuello azul" (obreros), hijos de la Revolución Industrial. Se trataba, acaso de una forma mal decantada de aquel debate que habían sostenido -ochenta años antes- José Hernández y Domingo Sarmiento entre el periodismo de los ideales y el periodismo asalariado que, interpela, en todo caso, en mejor medida al oficio del prensente.

En aquel contexto, sin embargo, un colectivo de vanguardia llevaba años bregando por la agremiación de los trabajadores de prensa. La lograron gracias a la gestión de Juan Domingo Perón, entonces Secretario de Trabajo y Previsión. Lejos estaba aquel grupo de activistas de las posiciones de Perón. Pero la distancia ideológica no impidió que Perón empujara la sanción del Estatuto.

Tampoco los empleados administrativos se sentían amparados bajo el concepto de "trabajadores de prensa". Estaban encuadrados en el Código de Comercio y, dentro de las empresas, se sentían en cualquier caso más cercanos a la tradición de los obreros gráficos, entonces poderosos en un universo periodístico donde mandaba el papel.

La sucesión de luchas de los propios trabajadores y también la misma política integradora de Perón construyeron en pocos años el imaginario colectivo del "trabajador de prensa" en el que ahora abrevamos. Desde entonces, leyes, convenios colectivos y reglamentaciones los unificaron. No podía ser diferente si disputaban por igual el salario y las condiciones de trabajo ante los mismos patrones.
Hoy algunas organizaciones sindicales y voceros patronales alimentan todavía esa anacrónica separación.

El Día del Trabajador de Prensa conmemora también la figura de Rodolfo Walsh, asesinado un 25 de marzo, en 1977, luego de despachar ejemplares de su carta abierta a los jerarcas de la dictadura en el primer aniversario del golpe del Estado. Walsh fue, acaso, el ejemplo mayor ejemplo del trabajador de prensa.  Hoy, 39 años después de aquel 24 de marzo, las calles serán ganadas una vez más en la defensa de los derechos humanos, en la memoria de quienes lucharon y resistieron la dictadura. Nuestra presencia hoy en la calle también es un acto de afirmación sobre nuestro oficio, dramáticamente interpelado en aquella noche negra de la Argentina y también, aunque bajo condiciones muy distintas, en la actualidad.

Estas historias y luchas son parte de la riqueza de tradiciones que reivindica el Colectivo de Trabajadores de Prensa que, en honor a ese mismo linaje, ofrece su vocación militante por un periodismo popular que sólo es posible si, al mismo tiempo, se construyen formas de organización sindical amplias, reconociendo al trabajador de prensa allí donde sea que esté. Con un único plano de lucha y reivindicación para los trabajadores de medios comerciales, públicos y populares.


30 mil compañeras y compañeros desparecidos, 117 trabajadores de prensa asesinados por la dictadura, y todos los luchadores populares caídos, ¡presentes! Ahora y siempre. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario