Inhallable en las redacciones, alejada de los trabajadores,
indiferente a los despidos, la conducción de la UTPBA da batalla por el derecho
al voto de blogueros y muertos. El gremio de prensa de Buenos Aires rechazó en
bloque las 2532 impugnaciones de la Lista Multicolor, que además de fabricantes
de zapatos, policías, vendedores y agentes de seguridad incluye a medio millar
de supuestos blogueros y a 27 muertos. Mientras el Ministerio de Trabajo
analiza los documentos que desnudan el padrón del fraude, el CTP ofrece un
informe sobre sitios web fantasmas y radios con cientos de afiliados a quienes Juan
Carlos Camaño, Lidia Fagale, Raúl Dellatorre & Daniel Míguez pretenden
volver a manipular para compensar su desaparición de las redacciones.
Por el Colectivo de
Trabajadores de Prensa
En media cuadra de la
localidad de San Martín donde funciona una FM hay 131 afiliados a la
UTPBA, más de los que tiene Clarín con 2200 trabajadores. El número de
blogueros afiliados es mayor que el de los asalariados que pagan su cuota
sindical desde los doce diarios que se editan en la ciudad y el Gran Buenos
Aires. Si a quienes cargan textos en la web en sus ratos libres se suman los
afiliados de las FM, que viven de los más variados oficios y
profesiones, el número supera al que suman los afiliados de doce diarios, siete
agencias de noticias, siete canales de TV, nueve radios AM y las mayores
editoriales de revistas del área metropolitana.
Los datos fríos
explican la resistencia de la UTPBA a mostrar el padrón, que salió de la
clandestinidad cuando el Ministerio de Trabajo amenazó con nombrar un delegado
electoral, luego de que la Justicia y el propio Ministerio suspendieran dos llamados a
elecciones. Explican
también el nivel de delirio de las acusaciones a la oposición que la conducción
del gremio echa a correr desde panfletos sin firma y cuentas fantasmas en redes
sociales, mientras los dirigentes se mueven en las sombras sin dar señales de
vida y viejos amigos de la casa toman distancia silbando bajo.
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Raúl Dellatorre y Lidia Fagale, la conducción de la UTPBA |
Mientras Fagale y el
periodista Daniel Míguez gestionaban fotos con el titular del AFSCA Martín Sabbatella y con el ministro Carlos Tomada, desde el CTP y las agrupaciones que
asumieron el compromiso de transformar a la UTPBA en un sindicato insistimos en
el reclamo de acceder al padrón como condición básica para participar del comicio.
El simulacro costeado con nuestros aportes se tradujo mientras tanto en un
apoyo masivo a la Lista Multicolor, que sumó más de 1.300 adhesiones de trabajadores de prensa, y en una declaración firmada por un centenar de miembros del Plenario Autoconvocado de Delegados de Prensa Escrita, Radial y
Televisiva para dejar en claro que no se le reconocía ninguna legitimidad a la
parodia electoral y que el plenario asumía “la responsabilidad de intervenir en
todos los conflictos gremiales”.
Juan Carlos Camaño |
¿Por qué el misterio?
Dos semanas de trabajo
nos confirmaron que el ocultamiento no era una picardía sino la condición de
posibilidad de supervivencia de una dirigencia que perdió hace al menos tres
lustros toda representatividad en las bases.

El grueso de los
afiliados está registrado en infinitos blogs y radios FM y trabaja en relación
de dependencia en oficinas estatales o empresas privadas sin ningún vínculo con
el oficio de la comunicación. Entre los empleados públicos sobresalen los de la
Dirección de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires (129
afiliados, leyó bien: ciento veintinueve), los de municipios como Morón,
Avellaneda o Moreno, y los empleados de universidades, escuelas e institutos
terciarios. La lista del ámbito privado la supera en diversidad: obreros de la
construcción, agentes inmobiliarios, empleados de seguridad privada (32), fabricantes de zapatos, trabajadores de curtiembres y de la industria
textil, vendedores de toda clase de mercancías, empleados del zoológico y
aeronavegantes, entre otros.

Nos comunicamos, sitio del candidato a secretario gremial Héctor Sosa en el que es
imposible encontrar un párrafo de producción propia, se dispone a aportar 32
votos. La Agencia 144, que en septiembre tenía 31 afiliados y llevaba siete
meses sin cargar una nota, bajó a 18 tras el informe del CTP aunque desapareció
de la web. También son inhallables www.la-busqueda.com (25 afiliados), La Fauna (29) o www.cronistasweb.com.ar (20). Motor de Ideas, de la hermana de Sosa,
aporta 25 afiliados y ofrece incunables como una entrevista a Juan Carlos Chaneton,
abogado de la UTPBA, quien aconseja abocarse a la construcción de “un
movimiento sindical de base independiente de las patronales, del Estado y de
las conducciones sindicales burocratizadas” (sic).

La contracara del
reparto indiscriminado de carnets no pasa sólo por los infinitos obstáculos
para los trabajadores genuinos que intentan afiliarse en la sede del sindicato o
por medio de sus delegados sino también por la desafiliación forzada de quienes
se alejaron de la UTPBA sin ocultar sus críticas, como los miembros de la FM
Boedo, que en 2010 militaron a favor de la C&B, a la que aportaron 31
votos, y ahora fueron borrados del padrón pese a que nunca presentaron sus
renuncias y en algunos casos hasta integran la comisión directiva fantasma que
figura en la web.
“Variaciones naturales”
Hace dos semanas, con
la colaboración de delegados independientes y compañeros de La Violeta, La
Gremial y el Movimiento Sindical de Prensa, presentamos 2532 impugnaciones,
adjuntando en cada caso la prueba sobre los trabajos reales de cada afiliado.
La respuesta de la
junta electoral fue un rechazo en bloque, inclusive las de los 27 muertos. “El
padrón está compuesto por seres humanos, entonces se podrá esperar variaciones
naturales” (sic) y “jamás podrá ser 100% preciso”, minimizó la junta que encabezan Leticia Amato y Chaneton, pasando por alto que algunos muertos llevan lustros bajo tierra.
El escrito rubricado
por Andrés Gastón Reyes, abogado que no defiende a trabajadores sino a empresas extranjeras, es un compilado de frases genéricas sobre libertad de expresión,
derecho a la información y comunicación social, pero no aporta un solo
fundamento que explique por qué un bloguero o una costurera vecina de una FM
deben estar afiliados a un sindicato de prensa.
El único dato útil que
aporta involuntariamente la junta electoral es el que clarifica qué entiende la
UTPBA por colaboradores. El concepto no se refiere a los periodistas que cobran
por nota en diarios y revistas, la mano de obra más precarizada del gremio,
sino a “agentes de prensa” de municipios u organismos públicos que en ningún
caso aportan el 2% de su sueldo a un gremio que no los representa ni negocia
sus salarios, y que según las junta electoral harían su aporte “en ventanilla”,
afirmación sobre la que no ofrecen ninguna constancia.
La aclaración sobre los
afiliados “colaboradores” sería menor si se considera que sólo el 2% de los periodistas precarizados están afiliados pero es significativa si se comprende que
en la última elección se registraron bajo esa figura 2985 personas y que en septiembre
eran más de 2000, que el Ministerio de Trabajo ordenó desagregar para que el padrón
no tuviera agujeros negros.
Las cartas están
echadas. Como delegados que representamos a miles de compañeros y compañeras
hicimos el mayor esfuerzo para acceder al padrón y para probar que sólo un
porcentaje menor de los afiliados a la UTPBA somos trabajadores de prensa. La
junta electoral, apéndice de una conducción que sólo representa el pasado y el
abandono de la clase trabajadora, no se tomó la molestia de constatar ni
siquiera los datos sobre los muertos o de asegurarse que sigan activos blogs
con centenares de afiliados. Un tercero imparcial deberá decidir ahora entre
legitimar o impedir el fraude. El Ministerio de Trabajo tiene la palabra.
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