9 de diciembre de 2013

Multitarea, convergencia, precarización solapada o el #findelperiodismo por otros medios

Los dueños de los medios de comunicación preparan para 2014 una profunda reestructuración. Buscan pegar otro salto en el ahorro de costos y la maximización de ganancias, cristalizando sus últimos avances contra nuestros derechos y condiciones de trabajo y agregando otros nuevos embates inéditos. Lo anuncian en todas las redacciones desde hace meses: se viene la “convergencia definitiva” entre el papel y la web, entre la web y la TV digital, entre las radios y la web multimedia y mucho más. Son horas de “cambio cultural”, de “aprovechamiento de los recursos” y de “nuevos lenguajes visuales”, como explicó eufemísticamente a principios de noviembre en una carta al personal el editor general de Clarín, Ricardo Kirschbaum. 


Las patronales promocionan los cambios como un paso inexorable, producto de la irrupción de nuevas tecnologías, y hasta deslizan que no llevarlos adelante implicaría un riesgo para la propia supervivencia de las empresas. Pero pese a que las redes sociales y los avances de la conectividad dispararon efectivamente una mutación acelerada en los hábitos y la circulación de la información en el último lustro en Argentina y el mundo, el nuevo paradigma no tiene por qué incluir regímenes de trabajo más explotadores, destrucción de puestos de trabajo, polifuncionalidad forzosa ni cercenamiento de los derechos adquiridos por los trabajadores de prensa. Ésa es la agenda para el año entrante del puñado de empresas que todavía manejan la comunicación. Con un sindicato ausente y absolutamente alejado de nuestra realidad cotidiana, los dueños de los medios creen que podrán imponerlas fácilmente. La única forma de impedirlo es con unidad, participación y defensa colectiva de nuestras conquistas.

Daniel Hadad (Infobae)
En los últimos meses, Daniel Hadad lanzó su "Infobae TV" sin vestuaristas, maquilladores ni iluminadores, apoyado en la "polifuncionalidad" de los periodistas que antes trabajaban exclusivamente para la web. Radio Del Plata empezó a transmitir sus programas de radio a través de 360TV, en abierta violación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y con la intención de que sus cronistas hagan el doble de trabajo a cambio de un adicional insignificante. Clarín y La Nación incrementaron los espacios de sus respectivas "web TV", con contenidos propios o tercerizados pero sin generar nuevos puestos de trabajo ni jerarquizar a los empleados que asumen nuevas tareas. Asesorado por una consultora colombiana especialista en flexibilizar recursos humanos, el grupo Olmos se apresta a integrar las redacciones de los diarios Crónica y BAE en una "plataforma conjunta" para la cual todos los periodistas del grupo generarán contenidos, sin saber siquiera en qué sección o en qué medio serán publicados. Un movimiento casi calcado del que anunció Kirschbaum a los empleados de Clarín, Muy, Olé y clarin.com.

Ricardo Roa (Clarín)
La resistencia de ARGRA frenó el intento de varias radios líderes de hacer que sus movileros tomen fotografías con sus celulares mientras cubren una nota con su grabador en la otra mano, pero la intención patronal es lograrlo apenas bajemos la guardia. La contracara de esa “modernización” es bien concreta y para nada virtual: el despido de 21 fotógrafos, editores de imagen y retocadores por parte de la editorial Perfil, el lento desangrado del diario BAE con más de 10 retiros voluntarios sin reemplazo en el último año, lo que dejó la redacción sin un tercio de los periodistas que la integraban, o la dramática pérdida de firmas de la edición impresa de Clarín durante la segunda mitad de 2013 son sólo tres botones de muestra. En todos los casos, el avance es contra los trabajadores y también contra los lectores, oyentes o televidentes, que verán restringido su acceso a información fiable por culpa de empresas a las que no les importa el deterioro de sus productos ni la pérdida de rigurosidad.

Darío Gallo
No es casual que los impulsores y ejecutores de la “convergencia” en los medios más grandes sean a la vez reconocidos enemigos de los derechos de los trabajadores de prensa como Darío Gallo, veterano rompehuelgas de Perfil, o Ricardo Roa, orgulloso creador del "modelo Olé" de diario barato con ejércitos de pasantes y contratados. El propio Roa le avisó a la Comisión Interna de Clarín que no se detendría en nimiedades como el respeto a la ley y a las convenciones colectivas a la hora de llevar adelante la mayor transformación del grupo editorial en sus casi 70 años de vida: “Las referencias legales y estatutarias no existen para estos casos”, les dijo textualmente a los compañeros.

Del mismo modo que creemos que sin libertad sindical en los medios de comunicación no hay libertad de expresión posible, quienes integramos el Colectivo de Trabajadores de Prensa estamos convencidos de que no habrá información de calidad para la población mientras las patronales sólo aprovechen las nuevas tecnologías para profundizar la precarización laboral de sus empleados. No somos vagos ni enemigos del progreso. No pretendemos frenar ningún avance, sino defender las condiciones laborales de todos nuestros compañeros y reivindicar el ejercicio de un oficio tan vilipendiado como el de los periodistas.



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