25 de septiembre de 2013

Elecciones 2013: la UTPBA en su laberinto

A menos de 24 horas de la fecha fijada para votar autoridades de la UTPBA, con la elección suspendida por orden de la jueza María Alejandra D'Agnillo y ahora también por la Sala 9 de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, la conducción del gremio se apresta a movilizar los resabios de su aparato a fin de parodiar un acto electoral. Alejado definitivamente de los trabajadores, el grupo que conduce Juan Carlos Camaño, otra vez con Lidia Fagale como cara visible y un presta-nombre de segundo (Raúl Dellatorre en 2010, Daniel Míguez ahora) simula ignorar la suspensión de la elección, que no informó a sus afiliados, y en este mismo momento llama desesperadamente a jubilados y amigos empadronados para mendigar votos y ofrecer transportes para sufragar mañana en las urnas de calle Perón.


Por el Colectivo de Trabajadores de Prensa.


Juan Carlos Camaño
El 20 de septiembre, un día antes del comienzo de la primavera, la Junta Electoral de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) rompió el silencio que estrenó a principios de julio, cuando la conducción que lleva 20 años enquistada en el sindicato decidió buscar su reelección y convocó a una asamblea para iniciar el proceso electoral en el club Sociedad Italiana de Tiro al Segno, a diez cuadras de la estación El Palomar, partido de Morón, y a 23 kilómetros de su sede central de Avenida de Mayo. En la asamblea de julio fueron elegidos los miembros de la Junta Electoral que en teoría debería garantizar la transparencia de los comicios.


Pero el organismo electoral está más ocupado en garantizar el fraude electoral que en organizar una elección limpia. Entre julio y el fin del invierno su mejor opinión fue el silencio, hasta que decidieron romper el anonimato y acusar a la Lista Multicolor de insultar y descalificar “en tono amenazante a afiliados y miembros de la JE”. La versión fue disparada por la conducción del sindicato cuando delegados de distintos medios intentaron ver los padrones, uno de los secretos mejor guardados por Camaño, Fagale & Cía.


La lista Celeste y Blanca controla la UTPBA desde hace tres décadas y lleva el mismo tiempo sin mostrar sus registros de afiliados. A pesar del ocultamiento, la Lista Multicolor fue una y otra vez a la sede de Avenida de Mayo para enfrentar prácticas dignas de la burocracia más berreta: desde negarse a entregar el padrón (incluso a delegados que pedían los de su empresa), negarse a exponerlo en cartelera y reducir al máximo días y horarios de consulta, hasta ofrecer una única terminal informática que sólo permite consultar de uno en uno, custodiada por empleados disfrazados de afiliados con una maniobra simple: siempre hay uno consultando y otro el espera. Ambos no tienen otro fin que ganarle por cansancio a quien realmente pretende ver el padrón, que desiste y se va. Todo frente a un empleado de intendencia que vigila sin pestañear, pendiente de la seguridad de los íntimos de Camaño, mientras tres cámaras esperan ansiosas para poder registrar y denunciar “agresiones”, que a diferencia de la suspensión nunca ocurrieron.


El pedido fue concreto y preciso: acceder a los registros de afiliados para poder garantizar la transparencia de las elecciones. La Celeste y Blanca se negó sistemáticamente  y su última respuesta fue el 20 de septiembre, cuando los integrantes de la Junta, apoltronados en una oficina, se quedaron sin argumentos y echaron a los representantes opositores. Como si fuera un tribunal, la Junta Electoral blindó los inexplicables secretos que su conducción mantiene sobre los padrones y expulsó a los representantes de la Lista Multicolor. Luego vino la victimización y el llamado a la solidaridad internacional, cuando lo único que pone en peligro al sindicato, por sus prácticas fraudulentas, son quienes lo conducen.


El árbol genealógico del fraude


La Junta Electoral 2013 de la UTPBA está compuesta por familiares de sus principales dirigentes. Aunque la mayoría de los miembros de la comisión directiva son empleados de planta con una antigüedad superior a los 20 años, sus familiares son monotributistas que facturan mes a mes desde hace más de un lustro.


Lidia Fagale
La presidenta es Leticia Amato, ex mujer de Alejandro Camaño, el mayor de los tres hijos de Juan Carlos Camaño, ex secretario general, empleado del sindicato desde 1986 y verdadero conductor de la UTPBA. Amato tuvo a su cargo el “centro de capacitación”, que supo ser uno de sus principales soportes promocionales del gremio. El vicepresidente es Juan Carlos Chaneton, el abogado que la UTPBA aportó formalmente a los delegados que protagonizaron la paritaria de prensa escrita y a quien prefirió reemplazar cuando precisó un letrado capaz de defender el padrón trucho ante el Ministerio de Trabajo. La secretaria es otra nuera de Camaño: Anahí Más, sobrina de Fagale y casada con Hernán Camaño, el segundo hijo del hombre que lleva los números del sindicato. Anahí dirige la revista Furias, financiada en sus orígenes por la UTPBA, donde Tía Lidia dice ser “colaboradora”. También son empleados del gremio el secretario adjunto Sebastián Bramante y el primer vocal Martín Aostri, yerno de Daniel Das Neves, otro histórico que en 2009 endeudó a la UTPBA con dos cheques por 30 mil pesos que siguen impagos. Sin lazos de sangre pero hiperactivo en el armado electoral figura un dirigente del sabatellismo, Guido Fernández Parmo, quien junto a su amigo Alejandro Camaño dirige Radio Che en Castelar, un enclave soñado para la UTPBA: sin patrones a quienes enfrentar y con 43 afiliados, el doble del promedio de los diarios porteños. La lista de guardianes del fraude se completa con Ulises Troncelliti, Esteban Pace y Carlos Baldino Altube.


Abogados al servicio de los trabajadores
El responsable de defender en tribunales las maniobras antidemocráticas de esa junta electoral de corte familiar no es Chaneton sino el abogado Andrés Gastón Reyes, especialista en derecho empresario, asesor de algunas de las principales empresas extranjeras en la Argentina y miembro del estudio Richards, Cardinal, Tützer, Zabala & Zaefferer, que representa a empresas extranjeras como Microsoft, Samsung, Mercedes Benz y a firmas de la industria farmacéutica. Reyes prestó servicios en Marval 0' Farrel, personero del Citibank y Standard Bank en la Argentina, todo un perfil para el abogado que contrata un sindicato dedicado en teoría a representar intereses de trabajadores. ¿En la próxima paritaria la UTPBA se asesorará con el abogado de AEDBA? ¿O ya lo hace?


Los agujeros negros del padrón


A pesar del esfuerzo de la conducción por ocultar su padrón, desde el CTP investigamos por distintas vías: tomamos nota en los escasos lapsos en que logramos acceder a la terminal de la PC, hasta que nos echaron de la junta electoral, y hoy estamos en condiciones de informar cómo está compuesto el universo de afiliados, operadores y punteros que coordina Camaño.


Sobre 5200 personas registradas, sólo una quinta parte --poco más de mil-- son trabajadores de empresas periodísticas, el sector donde más se padece la ausencia del sindicato. El abandono de los trabajadores en sucesivos conflictos desde fines de los ’90 implicó desafiliaciones masivas que, sumadas al comprensible desinterés de las generaciones jóvenes en entregar el 2% del sueldo a cambio de nada, derivaron en que empresas que editan diarios y revistas tengan menos afiliados que muchas FM barriales. En Clarín, con más de 2200 empleados, hay apenas 110 afiliados. Télam y La Nación no llegan a cincuenta, en tanto editoriales como Perfil o Atlántida apenas superan los diez afiliados.


El mayor agujero negro del padrón se esconde tras la figura de “colaboradores”: son más de 2000 nombres. En 2010 fueron claves (casi mil votos) para que la conducción se asegurara otros tres años de empleo. La única certeza sobre sus identidades es que no son los compañeros/as a los que las empresas explotan día a día bajo esa figura. Según la encuesta del CTP que respondieron 388 colaboradores, sólo el 2% estaba afiliado, y su opinión sobre la UTPBA no es precisamente favorable.


El segundo agujero negro está en la categoría “jubilados”: los registrados son más de 750 y en 2010 supuestamente aportaron 442 votos. Los jubilados de carne y hueso que los trabajadores conocemos son duros críticos del sindicato, sobre todo por los precarios servicios que presta la obra social de prensa. Ayer fuimos testigos directos del maltrato de la OSTPBA a los jubilados: mientras la Lista Multicolor se manifestaba en la calle, los hizo esperar más de una hora en la vereda, al mismo tiempo que empleados de la UTPBA entraban y salían sin ningún problema.


Asado de campaña en El Palomar
Más claro es el panorama en las radios de Buenos Aires y el conurbano que figuraron en la solicitada del llamado a elecciones y que no tuvieron urna propia hasta 2010, cuando al formación del Frente de Unidad llevó a Camaño & Cía. a sacar un crédito para financiar la campaña y a inflar el padrón con votantes del Gran Buenos Aires, en su mayoría de dudosa relación con el oficio. Sin trabajadores en relación de dependencia, sin patrones que obliguen al sindicato a funcionar como tal, las radios realmente existentes han sabido de esporádicas visitas de Fagale con el fin de repartir carnets de afiliaciones para poder disfrutar del cámping de Moreno. Los compañeros/as que hacen programas en esas FM, a diferencia de los de canales, diarios o radios grandes, son los únicos que reciben de vez en cuando alguna señal de vida de la UTPBA, sobre todo para invitarlos a disfrutar del cámping o al asado que antecede la asamblea de Junta Electoral.


Los punteros de Camaño


En zona norte hay dos núcleos duros de votantes. En Eva Perón al 2500 de San Martín funciona la cooperativa Unidos por el Calzado, una fábrica recuperada por trabajadores de la ex Gatic, a priori sin relación con el gremio de prensa. En esa dirección, según la UTPBA, existen otras dos cooperativas de las que no hay ningún registro en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) pero que sin embargo figuraron con mesa propia en la solicitada de la UTPBA. En la misma dirección funciona FM Nueva Generación, “una de las primeras radios comunitarias de la Argentina” según su web, donde se desempeñan dos candidatos de la Celeste y Blanca: Argentino Lorenzo y el puntero político Luis Medina. Entre las tres mesas de la cuadra, Fagale & Míguez se aseguraría más de 130 votos.


FM Center: 70 afiliados.
Desde el oeste del GBA proviene el mayor caudal de afiliados de la conducción, producto de las gestiones de Alejandro (39), Hernán (37) y Marcelo Camaño (35, tercer retoño del jefe de la UTPBA), más el amigo de la familia Diego Della Corna (candidato a tesorero) y el periodista devenido empresario Javier Romero. La FM Center de Hurlingham (foto), donde no se votó en 2010, sumó vertiginosamente 70 afiliados, más que la mayoría de los grandes diarios. El gestor del milagro es Ramiro Ayala, presidente del centro de periodistas de William Morris, y la distribución masiva de carnet por parte de Fagale ocurrió en junio, tras la finalización de un curso de capacitación a cargo de Mario Portugal, el hombre de ETER que reemplaza a Eduardo Aliverti en las filas de la C&B.


Nueva Argentina: 14 afiliados
Otro numeroso caudal de votos (43 afiliados) se apresta a aportar Radio Che, que funciona en un local de ropa de Castelar y dirigen Alejandro Camaño y Guido Fernández Parmo, hombre clave de la junta electoral y en el armado del masivo asado de El Palomar del que los trabajadores de prensa nos enteramos por fotos y videos posteriores. La FM Oriente de Ituzaingó, que en 2010 aportó 17 votos (asistencia perfecta) también tuvo un descomunal crecimiento, que tres años después le permite contar con 42 afiliados. El hombre de la C&B en esa radio, que no tiene un solo empleado bajo relación de dependencia y está cerrada los fines de semana, es Adrián “Pocho” Ríos, empleado de la municipalidad de Ituzaingó. Un caso asombroso en ese distrito es el de la FM Nueva Argentina, que funciona detrás de una ventana tapiada (ver foto), tiene un solo programa de 7 a 9 y la friolera de 14 afiliados.


El micromundo de los blogs, desde el que la UTPBA libra tenaces batallas contra el capitalismo, también es pródigo en el aporte de afiliados. Un caso notable es el de la Agencia 144 de Moreno. La última nota cargada en www.agencia144.com.ar data de hace siete meses, uno más de los que el Estatuto de la UTPBA exige para poder votar. La parálisis no le impide a la agencia contar con 31 afiliados, de los cuales sólo uno firmó una nota. El blog incluye textos (tomados de www.nos-comunicamos.com.ar, del candidato a secretario gremial Héctor Sosa) firmados por miembros del riñón de la UTPBA como Camaño, Chaneton y Bramante. En 2010 cosecharon allí 28 votos contra cero de la oposición.


No menos significativo podría ser el aporte de La Oreja que Piensa, de Villa de Mayo, Malvinas Argentinas. Su coordinador es Alberto Borda, miembro de la C&B, que en 2010 garantizó 24 votos (asistencia perfecta) y tres años después cuenta con 37 afiliados para un blog que en Facebook tiene 16 seguidores. Otro sitio repleto de admiradores de Fagale (32 afiliados) es Motor de Ideas, de Temperley, que coordina la hermana del candidato Sosa y donde escriben Chaneton y Fernando Frustasi, candidato a protesorero.


En 2010, con vistas a la elección, la C&B publicó un cuadernillo con nombres y datos de sus candidatos. En la introducción (dos oraciones, letra gigante para cubrir una página) apuntaron que a los miembros históricos “se suman jóvenes comprometidos con las ideas de la UTPBA”. Tres años después, el mismo boletín, el mismo diseño, las mismas caras, el mismo texto, pero sin la mención a los “jóvenes comprometidos”, una alusión a quienes integraban la UTPBA desde la FB Boedo, que entonces tuvo mesa propia y aportó 31 votos y tres años después dejó de existir para la UTPBA.




Números rojos, deudas y una obra social al borde de la quiebra


En 2010, durante las últimas elecciones para renovar la conducción de la UTPBA, la lista opositora que llevó a Osvaldo Bayer como candidato a secretario general advirtió que la Obra Social de los Trabajadores de Prensa había caído en manos de una vidriosa empresa de salud. Tres años después, esa gerenciadora impulsa un reclamo judicial por tres millones de pesos mientras el sindicato afronta un crédito por 450 mil.


Por CTP


Concebida como una obra social para atender la salud de los trabajadores del gremio, la OSTPBA es el otro agujero negro del sindicato administrado desde hace un cuarto de siglo por Juan Carlos Camaño, Lidia Fagale y Daniel Das Neves. Una conducción que en público defiende la salud solidaria y sostiene la lucha contra la privatización del sistema sanitario pero en privado entregó hace más de cuatro años el gerenciamiento de la obra social a Sygma Servicios Integrales S.A., una especie de tercerizadora de servicios de salud que administró un servicio con dos y tres meses de demora para turnos en determinadas especialidades, y hasta ocho horas para derivar a un paciente con alguna dolencia urgente.


El deterioro de la obra social es una experiencia irrefutable para cualquier trabajador de prensa. Desde la conducción sostienen que sus avatares tienen que ver con la estoica resistencia ante un sistema de salud mercantilista y que es la única manera posible de poder seguir con un modelo solidario de salud ante nuevas expresiones de neoliberalismo sanitario.


Pero en el último lustro la OSTPBA ha cambiado varias veces de gerenciadores, y el derrotero de estos proveedores de la estructura que la obra social no tiene podría terminar en una quiebra sin precedentes. El caso más grave es el juicio que enfrenta la OSTPBA desde abril de 2012. Se trata de un pedido de quiebra por 2.840.685,87 pesos. El juicio es impulsado por Sygma, prestadora que se jacta de contar con “500 médicos propios” para atender la demanda de obras sociales medianas y pequeñas. El juicio tramita en el Juzgado Comercial 8, a cargo de Javier Cosentin, y los abogados de Sygma reclaman la quiebra por “contrato de prestaciones médicas asistenciales supuestamente impagos”. No es el único juicio que enfrenta la OSTPBA. Desde el 17 de marzo de 2010 la empresa Bristol Park S.A., otra gerenciadora, lleva un proceso similar por una cifra todavía desconocida, ante el mismo juez y secretaría pero en el expediente 8921. Si cualquiera de los dos casos juicios prospera, la obra social podría perder todos sus bienes, incluida la sede de Perón al 1.100, o podría ser virtualmente intervenida.


Raúl Barr
Luego de años de una pésima administración, la OSTPBA atraviesa una de sus peores crisis, con una lista de deudas que no termina en sus finanzas. Además de los pedidos de quiebra, el historial financiero de sus cuentas abre una serie de interrogantes sobre los responsables de su economía. Hasta este mes, durante los últimos tres años, sus cuentas bancarias tuvieron decenas de cheques rechazados por casi quinientos mil pesos. Los documentos bancarios sin fondos llevan la firma de Raúl Barr y María Alejandra Mancuso, secretario y pro de Acción Social, que buscan renovar sus cargos. En esa saga de cheques impagos, muchos fueron cancelados con costosos intereses, salvo 30 mil pesos que se suman a otros 54 mil provenientes de un crédito del Banco Nación.


En la trama de cheques sin fondos de la obra social también aparece la Asociación Mutual y Protección Recíproca Unisol Salud, con valores sin fondo que llevan la firma de Barr. Unisol es una mutual gerenciadora y sus vínculos con la OSTPBA surgen a partir del actual secretario de Acción Social.


Las deudas no sólo son parte de la actualidad de la obra social. El sindicato también tiene en su contra dos cheques sin fondos por 30 mil pesos respaldados con la firma de Das Neves, firmante también de un crédito otorgado en agosto de 2011 por el Banco Credicoop por otros 450 mil pesos, que se van descontando en cuotas de 20 mil pesos mensuales.


La obra social cobra por todas las consultas, tiene una sola farmacia que sólo atiende 8 horas y sus médicos muchas veces cobran plus. Lejos de ser un buen intento de salud solidaria, que haga honor a las definiciones políticas de sus impulsores, está virtualmente quebrada con riesgo de caer en manos de un puñado de gerenciadores que tienen curiosos vínculos con parte de la corte familiar que administra el sindicato.


Amarga realidad para una herramienta de salud vital para los trabajadores de prensa, acompañada por un sindicato cuyos bienes sirven de garantía para financiar campañas electorales, y números que en 30 años nunca han sido explicados a los trabajadores de prensa.


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